El 19 de mayo de 1895 la muerte le arrebata a Cuba su hijo más ilustre, a la edad de 42 años. La Patria perdía físicamente al arquitecto de su independencia, José Julián Martí Pérez, que no abandonaba la contienda con su caída en combate, se convertía en guía ideológica de la nación, de manera que iniciaba otra faceta de su lucha, con profunda raíz independentista.
Se piensa en él y se le ve vestido de negro, de luto por la patria encadenada, con un anillo de hierro en su mano, donde estaba grabado el nombre de Cuba, símbolo de su compromiso con su patria. Se le escucha decir “El pueblo más feliz es el que tenga, mejor educado a sus hijos, en le instrucción del pensamiento y en la dirección de los sentimientos”. Hombre de elevados principios que en ocasiones parecen insuperables, pero que se han convertido en faro de la nación cubana y de toda nación que sueñe con un mundo más justo.
Numerosas facetas marcaron su vida intelectual, la de poeta, escritor y hasta novelista, con la obra: Amistad funesta. Pensar en él nos hace recordar al maestro en Guatemala, al periodista en México, y Venezuela, a veces bajo seudónimos como el de Orestes. Al destacado político, cónsul del Uruguay, Paraguay y Argentina y a esta última representó en “La conferencia monetaria internacional”. A todas estas naciones representó dignamente hasta que decidiera dedicarse solamente al sueño de una Cuba mejor, de ahí que se convertirá en el arquitecto de su independencia.
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Pensar en Martí nos hace recordar al patriota que no claudicó en sus ideas y en la defensa de la nacionalidad cubana y que fuera capaz de levantar su voz ante el artículo que había publicado la revista The Manufacture, denigrando a los cubanos.
Así en acto de legítima defensa a la nación y la nacionalidad cubana, publicó el artículo, Vindicación de Cuba. Allí defendió con la versatilidad de su pluma, el honor y la dignidad de cada cubano, mostrando la capacidad intelectual y política del pueblo de la mayor de las Antillas. Además, defendió los principios que dignificaban la lucha independentista que llevaba a cabo Cuba desde octubre de 1868.
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Pensar en Martí, es escuchar la voz de América exhortando a la unidad continental ante el Gigante de las siete leguas, Pensar en Martí, “es pensar en Cuba”.
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